Esta palabra, muy usada en el mundo hispano, fue incorporada al diccionario de la RAE en 1992.
México (AP). El verbo “cantinflear” llegó al diccionario de lengua española tan pronto como entró su autor a la pantalla grande.
Esta palabra, incorporada al diccionario de la Real Academia Española (RAE) en 1992, tomó vida propia mientras México rinde tributo a quien ha sido considerado uno de sus más ilustres hijos, Mario Moreno o Cantinflas.
Ha sido motivo de análisis y discusiones en este país latinoamericano aún 18 años después de que el comediante muriera de cáncer de pulmón a los 82 años.
Lingüistas en México y España no pudieron precisar quién exactamente introdujo el verbo “cantinflear” al diccionario pero cuentan que se volvió parte del habla en México, España y Chile desde los años cincuenta.
UNA FORMA DE HABLAR CARACTERÍSTICA
El pasar de los años reafirmó que la retórica cantinflesca ilustraba una forma de hablar que no decía nada pero que era tan popular, pueblerina, que se había incrustado en la identidad hispana como el mismo personaje del ‘peladito’ de barrio con el que Cantinflas conquistó el corazón de millones de personas, dicen lingüistas.
“La Academia no está para hacer homenajes”, dijo a la AP Darío Villanueva, secretario de la RAE. “Es la lengua popular la que ha hecho ese homenaje a Cantinflas a base de identificar el nombre con una pauta de comportamiento, con un estilo, con un rasgo que se encuentra más allá de su universo”.
Una de las más célebres cantinfladas aparece al final del juicio de “Ahí está el detalle”, una comedia de enredos de 1940. Después de minutos de malinterpretar el lenguaje sofisticado de jueces y abogados, Cantinflas, el ‘peladito’, acusado de un asesinato cuando él piensa que se le enjuicia por matar a un perro, pide la palabra y complica el caso con el uso cómico del lenguaje.
Cantinflas se dirige a su abogado defensor, al jurado, al juez y al fiscal para finalmente hablar de forma disparatada y, luego, ofendido exigir que se fusilen a todos los presentes menos al juez.
Para los académicos no es claro si el ingreso de la palabra “cantinflear” en el diccionario de la RAE fue difícil.
En 1958, el escritor español Miguel Delibes usó la palabra en su novela “Diario de un emigrante.” Ahí, narra la historia de un bedel de un centro educativo que decide mudarse a Chile en busca de una mejor vida.
UN FENÓMENO POPULAR
“Cantinflas fue un fenómeno extraordinariamente popular, no sólo en América Latina, sino también en España”, dijo Villanueva.
Todo comenzó con el adjetivo “acantinflado” agregado al diccionario de la RAE en 1970. El adjetivo “acantinflado” describe a quien “habla a la manera peculiar del actor mexicano Cantinflas”.
En la edición se reflejaba que la voz provenía de Chile, explicó Villanueva.
La Academia no guarda registros de quién propuso la incorporación de la palabra en ese año. Y tampoco está claro si la novela de Delibes guarda relación con la incorporación.
En el diccionario de 1992, la RAE incorporó definitivamente cantinflear y una familia léxica en la que figuran el nombre propio Cantinflas, cantinflada y cantinflesco. Nueve años después, se añade “cantinfleo” como “acción y efecto de hablar mucho con escasa o nula coherencia”.
Villanueva dice no conocer quién formalizó la petición para que la palabra cantinflear ingresara, pero dice que llegó al diccionario como cualquier otra palabra.
Vicente Quirarte, miembro de la Academia Mexicana de la Lengua, dijo que para las ediciones de la RAE, cada país manda nuevas palabras que los hablantes usan. Quirarte desconoce si hubo problemas o dificultades en agregar “cantinflear”. Dice que suena natural que se haya pedido agregar “acantinflado” a finales de los sesenta, cuando el actor ya era muy conocido.
“Está profundamente arraigado en la forma del habla mexicano. Al mexicano le gusta dar muchos rodeos”, dijo Quirarte, quien utiliza la palabra “cuando quiero decir que alguien está dando muchos giros para llegar a la idea central”.
Fuente: El Comercio
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