Nao, ha sido diseñado para imitar las habilidades emocionales de un niño de un año de edad y es capaz de formar enlaces con las personas que lo tratan con amabilidad. El robot ha sido desarrollado para utilizar los mismos tipos de señales expresivas y de comportamiento, que los bebés utilizan para aprender a interactuar socialmente y emocionalmente con los demás.
Es capaz de detectar las emociones humanas mediante el estudio de lenguaje corporal y expresiones faciales, que convierten en una mejor lectura del estado de ánimo de una persona. También tiene la habilidad de recordar sus interacciones con diferentes personas y memorizar sus caras.
Nao, se ha creado a través del modelado del proceso de apego temprano, que los humanos y chimpancés bebés sufren cuando son muy jóvenes. Es capaz de expresar la ira, miedo, tristeza, alegría, emoción y orgullo y se disgustará si el humano no le da comodidad, o cuando se enfrentan a una situación estresante que no puede hacer frente.
Su “cerebro” le permite recordar experiencias buenas o malas del pasado.
“Estamos trabajando en las señales no verbales y las emociones se manifiestan a través de posturas físicas, los gestos y movimientos del cuerpo en vez de la expresión facial o verbal”, señaló Cañamero.
Forma parte de un proyecto europeo llamado FEELIX, una colaboración entre ocho universidades y empresas de robótica de la UE y es liderado por Lola Cañamero, una científica informática de la Universidad de Hertfordshire.
Los científicos creen que robots, como Nao, se podrían utilizar en el futuro para prestar asistencia a los ancianos.
Es capaz de detectar las emociones humanas mediante el estudio de lenguaje corporal y expresiones faciales, que convierten en una mejor lectura del estado de ánimo de una persona. También tiene la habilidad de recordar sus interacciones con diferentes personas y memorizar sus caras.
Nao, se ha creado a través del modelado del proceso de apego temprano, que los humanos y chimpancés bebés sufren cuando son muy jóvenes. Es capaz de expresar la ira, miedo, tristeza, alegría, emoción y orgullo y se disgustará si el humano no le da comodidad, o cuando se enfrentan a una situación estresante que no puede hacer frente.
Su “cerebro” le permite recordar experiencias buenas o malas del pasado.
“Estamos trabajando en las señales no verbales y las emociones se manifiestan a través de posturas físicas, los gestos y movimientos del cuerpo en vez de la expresión facial o verbal”, señaló Cañamero.
Forma parte de un proyecto europeo llamado FEELIX, una colaboración entre ocho universidades y empresas de robótica de la UE y es liderado por Lola Cañamero, una científica informática de la Universidad de Hertfordshire.
Los científicos creen que robots, como Nao, se podrían utilizar en el futuro para prestar asistencia a los ancianos.
Fuente: Revista Privilege
0 comentarios:
Publicar un comentario